martes, 25 de mayo de 2010

España 2-0 SUIZA 28/04/1982 AMISTOSO (Valencia)


De Seleccion Española Futbol

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España ganó a Suiza, pero volvió a mostrar inseguridad

De salida, Santamaría alineó a seis hombres de la Real Sociedad

JULIAN GARCIA CANDAU, ENVIADO ESPECIAL, - Valencia - 29/04/1982

Tendillo, al estilo Lángara, y Alexanco, al modo de Zarra, salvan do las distancias en ambos casos, resolvieron el encuentro contra Suiza. Dos defensas pusieron la nota final a la serie de encuentros amistosos montados como preparación del Mundial-82. En los últimos siete partidos internacionales España ha obtenido cuatro victorias, ha empatado en dos ocasiones -una de ellas ante Gales en Mestalla- y ha vencido en Polonia. El balance no es malo, pero el equipo aún no está a punto. Hay que agarrarse a la esperanza del tiempo que aún queda por delante para esperar el Mundial con ilusión.El partido contra Suiza fue un tanto extraño porque Santamaría, con los cambios que efectuó le dió totalmente la vuelta al estilo de juego. Realmente anoche vimos dos selecciones. A mí me parece mejor la primera pero el seleccionador quiso sacar a la pasarela a casi todo el elenco. Alonso no es elegante. A vecesparece que se desgalicha pero en el centro del campo es una especie de aduana. Alonso no es futbolista considerado como constructor pero la mayoría de los contraataques se inicían en una jugada suya en la que ha hecho valer su fuerza para apoderarse del balón.

Un equipo se conforma con cerebros y trotones. El juego de la selección española en el primer tiempo tuvo más aportación seguramente de los corredores de fondo pero, como siempre, lo bonito y lo aplaudido fue lo realizado por Zamora y López Ufarte. El extremo le hizo varios nudos en el cuerpo a su marcador Ludi. Roberto hizo diabluras con su habitual naturalidad. En una ocasión, estuvo a punto de conseguir el penalty pero el árbitro le vió la intención y señaló la falta al borde del área.

López Ufarte se ensambló perfectamente, como es natural, con sus compañeros de la Real y todas sus penetraciones tuvieron sabor a fútbol inteligente y notable. El tándem con Zamora no funcionó a tope porque éste no está físicamente en perfectas condiciones y seguramente acusó el esfuerzo que tuvo que hacer el pasado domingo en el segundo tiempo frente al Athlétic de Bilbao. De todas maneras, Zamora dejó constancia de su personalidad.

El partido fue cómodo para España porque los suizos, que no juegan mal, mostraron inocencia delante a pesar de que Baberis tuvo algunos detalles y Sulser trató de salir del centro del área para descomponer a la defensa española. Botteron, el mejor jugador suizo, se incrustó en su defensa y se limitó a llegar en contadas ocasiones a las proximidades del área española.

En el segundo período, Santamaría le dio la primera oportunidad a Urquiaga, que fue positiva y recompuso el equipo con Camacho en el centro del campo, con lo que a la baja de Zamora nos encontramos con la de Gallego que, aunque no tuvo una actuación descollante, debió permanecer en el conjunto porque entre él y el barcelonista Sánchez no debe existir ni el beneficio de la duda.

Con los cambios, a mi entender inncesarios -a Saura y Sánchez nos los conocemos de memoria-, Suiza se animó y el ritmo del partido subió de tono.

España venció merecidamente a Suiza pero de nuevo dejó sensación de inseguridad. Cualquier alegría es en estos momentos utópica. En el Mundial puede ocurrir cualquier cosa. La selección española, por el momento, no debe contar entre las aspirantes a la semifinal.

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viernes, 21 de mayo de 2010

España 1-1 Gales 24/03/1982 AMISTOSO (Valencia)

De Mi Seleción Española

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La selección de España alcanzó un mediocre empate frente a País de Gales

El centro del campo español no se impuso al de los británicos

JULIAN GARCIA CANDAUENVIADO ESPECIAL - Valencia - 25/03/1982


Un empate frente a Gales a beneficio del inventario visitante. Un empate a uno como en mayo de 1961 en Chamartín, con Koldo Aguirre, Del Sol, Di Stéfano, Peiró y Gento en la delantera. Un empate que afortunadamente no debe asustar demasiado; los galeses no se han clasificado para el Mundial y, por tanto, no existe el peligro de que se enfrenten a la selección española. Igualada tristona que no habrá que considerar en exceso para no caer en prematuros pesimismos.No estaba la selección galesa al completo, pero da la impresión de que las bajas hispanas fueron más sensibles. Al menos una: la de Zamora. Las crónicas de los encuentros de la selección española son el cuento de nunca acabar porque vienen a ser variaciones sobre un mismo tema. O lo mismo aunque a veces carga do de bombo. O lo de "la del Soto del Parral" siempre me dices lo mismo. Y lo mismo, parecido o similar, es el hecho de que desde el centro del campo no se manda y atrás no existe la solidez deseada. Y delante, horfandad en la mayoría de los minutos. Camacho, decíamos ayer, baja mucho cuando juega en la derecha y Gordillo en la selección apenas se maneja por la banda hacia adelante. Y cuando lo hace, no centra adecuadamente. Anoche únicamente penetró una vez, lo que es pobre balance.

En el centro del campo debutó Estella, que en el Barcelona es hombre fuerte e importante. En la pasada temporada acabó auténticamente arrollador. Frente a Gales tuvo muchas indecisiones y entregó muy mal. Sánchez fue todo voluntad, pero se le escapó su par en repetidas ocasiones. Los galeses que dejaron en avanzadilla únicamente a Curtis y Walsh colocaron a Stevenson en apoyo de los tres centrocampistas y dominaron durante muchas fases la zona de creación. Thomas, al que recogía Camacho cuando llegaba por el extremo, estuvo casi siempre solo en la zona ancha. Los galeses ganaron un hombre para crear juego y preparar los contragolpes; la selección española se quedó con Camacho sin marcador fijo y por la banda contraria a la suya natural no pudo prestar el apoyo suficiente para que los hombres de delante tuvieran alguna capacidad de movimiento.

Gallego manejó el juego en algunos momentos y lanzó balones a cuarenta metros con precisión matemática, pero le faltó ánimo suficiente para erigirse en el auténtico mandón. De cualquier manera, sus detalles fueron de lo más potable del encuentro.

El gol de Satrústegui fue lo mejor del partido. El delantero centro de la Real Sociedad hizo un gol a la antigua usanza, de los que forzosamente quedan en la memoria. El barcelonista Estella lo hizo perfecto en él pase porque vio mejor la posible penetración de Satrúste,gui que la de Gordillo. El realista, con la pelota en los pies, tuvo que fajarse con dos defensas galeses. Corrió en zig-zag hacia la meta y en dos quiebros perfectos se quedó frente al portero. El remate de la jugada fue también preciso. El público se puso en pie porque la jugada fue de las que emocionan. El ariete, que en la selección del día de Luxemburgo se ganó las iras del público, anoche convenció a sus detractores con esa jugada que hubiera firmado cualquiera de los delanteros centro históricos.

La jugada tuvo emoción desdeel comienzo porque se presintió el peligro que podría tener. Fue como cuando en los toros el matador deja que le lleguen los pitones a la faja. Satrústegui, habituado a pelear en solitario con las defensas a causa de las actuales tácticas conservadoras, hizo un recorrido con el balón en los pies con auténtica furia. La ovación del público fue estruendosa porque la realización y la ejecución final de la carrera tuvo todo el sabor de un gol que en partido mundialista y ante adversario de consideración podría considerarse histórico.

Espafía se hundió en el segundo período casi desde el comienzo. Curtis envió un balón al larguero antes de que se produjera el tanto del empate y, posteriormente, el árbitro anuló un tanto a Gales que tuvo todas las trazas de ser legal.
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España 3-0 Escocia 24/02/1982 AMISTOSO (Valencia)

De Mi Seleción Española

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De OCHENTAS
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La selección española se vio favorecida por dos penaltis

Gallego volvió a demostrar que debe ser imprescindible en el once titular

JULIAN GARCIA CANDAU 25/02/1982

El gol de la nueva generación, el tercero, el conseguido por Gallego en combinación con Tendillo, fue un exquisito postre para una cena insípida. Dos penalties pusieron en franquía el resultado, pero de no haber conseguido la tercera diana, el público hubiera salido de Mestalla con la sensación de que sólo los milagritos pueden poner a España en disposición de obtener unos resultados discretos en el Mundial. El 3-0 fue un resultado engañoso. La selección hispana no fue tan superior a la escocesa.Santamaría no se atrevía a colocar en el primer equipo nacional al madridista Gallego por temor a que se quemara prematuramente si la primera prueba no resultaba satisfactoria. Santamaría ha estado esperando a que Boskov sacara de la defensa a su pupilo y lo situara en el centro del campo. El debú del madridista no fue realmente exultante pero dejó bien sentado que debe tener plaza en el equipo. Y, además, no hay otro remedio, porque al fútbol español le faltan hombres capaces de llevar la manija, como dicen los argentinos. Gallego no tuvo una actuación excepcional porque fue colocado en la parte izquierda de la línea media, que no es precisamente el lugar más idóneo para él.

Gallego cumplió una misión más de marcaje que de creación, pero cuando se lanzó al ataque fue la mejor arma del equipo español, en un segundo tiempo en el que el juego había bajado de tono sensiblemente.

El primer tiempo tuvo un ritmo muy superior al segundo. La selección española, aunque no encontró nunca el modo de realizar un fútbol medianamente brillante, si contó con la fuerza necesaria para llegar al área contraria con sensación de peligro. Saura, que estuvo bien servido en ese periodo, entró en el área repetidas veces con el balón controlado, ya que le ganó siempre la partida a Gray, su marcador. Hubo varias ocasiones de marcar, pero la fortuna no acompañó en esos instantes.

Situación similar con tiro de Saura la resolvió Gray al poste. Escocia no dio sensación de"peligro hasta la media hora, en que Hansen desperdició un tanto por cruzar excesivamente la pelota. Los escoceses comenzaron a poner en aprietos a Arconada desde el momento en que se percataron de que había suficientes huecos en el centro de campo español.

En el segundo periodo, hasta el momento en que se consiguió el segundo tanto, Escocia acorraló a España en el área. Wark anduvo muy fácil en los remates de cabeza y los defensores españoles se las vieron y desearon para quitarse de encima los bombeos de los visitantes. El juego aéreo fue ventajoso para los escoceses.
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La Selección Española en el Año 1982

En el año 1982 España disputó 10 partidos 9 de ellos en suelo patrio , 3 amistosos y 7 oficiales. Los tres partidos amistosos fueron los tres primeros del año , sirvieron para preparar el mundial 1982 los tres disputados en Valencia que sería también la sede de España en el mundial de esa manera sumando esto la selección disputó 7 partidos consecutivos en esa sede, Uno fué el último del año anterior , estos tres amistosos ante Escocia , Gales y Suiza con dos victórias y un empate y los tres siguientes de la primera fase del mundial ante Honduras , Yugoslavia e Irlanda del Norte con un mal Bagaje pobre una victoria , una derrota y un empate ante la devil Honduras. Tras ese mal papel en Valencia otra fase pero esta vez en Madrid ante Alemania e Inglaterra para cerrar un lamentable mundia.
Tras el Mundial dos partidos más pero ya para sumar puntos para la clasificación para la Eurocopa de Francia 1984 en la que España haría un papel estelar llegando a la final en los Parques de Los Príncipes de París.


24/02/1982 Valencia España – Escocia 3 - 0 Amistoso
24/03/1982 Valencia España – Gales 1 - 1 Amistoso
28/04/1982 Valencia España – Suiza 2 - 0 Amistoso
16/06/1982 Valencia España – Honduras 1 - 1 Mundial´82
20/06/1982 Valencia España – Yugoslavia 2 - 1 Mundial´82
25/06/1982 Valencia España – Irlanda Norte 0 - 1 Mundial´82
02/07/1982 Madrid España – Alemania 1 - 2 Mundial´82
05/07/1982 Madrid España – Inglaterra 0 - 0 Mundial´82
27/10/1982 Málaga España – Islandia 1 - 0 Fase Clasificación Eurocopa
17/11/1982 Dublin IRELAND – España 3 - 3 Fase Clasificación Eurocopa
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España 2-0 Belgica 16/12/1981 AMISTOSO (Valencia)

De Mi Seleción Española

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Dos goles de Satrústegui sentenciaron el partido amistoso jugado ayer en Valencia

Frente a Bélgica y su fuera de juego


JULIAN GARCIA CANDAU 17/12/1981

La defensa salvó al equipo español de una derrota casera. A pesar del gol conseguido antes de los diez minutos, el conjunto español tuvo una actuación poco brillante y en los últimos minutos se ganó la repulsa del público. El segundo tanto, conseguido en las postrimerías del encuentro, alivió la tensa situación. Una vez más, en casa la selección nacional tuvo grandes dificultades para vencer y satisfacer a los espectadores.Bélgica trajo a Valencia a ocho de los once hombres que derrotaron a España en el San Siro milanés en la Eurocopa de Naciones. La base del conjunto no ha variado y tampoco ha modificado su sistema de juego. Bélgica se especializó en la práctica del fuera de juego, que hace años fue empleada por muchos equipos, y un sistema que ya no utiliza prácticamente nadie sigue dándole buenos resultados.

La selección española se encontró en las ocasiones cruciales con Quini o Satrústegui señalados por la infamante banderola de los liniers. España, que no tardó en conseguir el primer gol en el saque de una falta, encontró grandes dificultades para irse hacia la portería belga con posibilidades de éxito. El fuera de juego puso nerviosos a los atacantes españoles, que no encontraron momentos idóneos para entrar con seguridad en el área. Más de una vez recurrieron a la marcha atrás para evitar la posición antirreglamentaria y ello les descolocó para recibir el balón en buenas condiciones.

España comenzó jugando con tres teóricos delanteros, pero pronto se adivinó que Saura no había salido como auténtico atacante. Su misión fundamental fue vigilar a Gerets, un lateral derecho que avanza con gran peligrosidad. Gerets le marcó uno de los dos goles a España en Milán. Saura tuvo que sudar para contener a su par mientras estuvo en el terreno de juego. La selección española, por esta circunstancia, quedó con tan sólo dos delanteros.

Los subcamepeones europeos trataron de sorprender a España con tres hombres en punta y un centro de campo dirigido siempre por el veterano Van Moer. Ceulemans, emparejado con Tendillo, se retrasó voluntariamente unos metros, a fin de sacar de su puesto al valencianista, pero éste se mantuvo con dignidad y no cayó en la trampa de dejar el hueco por el centro.

Los belgas, además de usar con habilidad la fórmula del fuera de juego, trataron de tener el balón en sus pies el mayor tiempo posible. Su parsimonia en el centro del terreno no tenía más objeto que evitar las oleadas españolas. Era la manera más práctica para cortar el ritmo de juego español, que quería ser rápido en los contragolpes. Alonso, siempre hecho un jabato, empujó al equipo y se sumó a los efectivos atacantes siempre que la ocasión le fue propicia. Zarnora que ha vuelto a coger onda, aunque no incordió sobremanera a Van Moer, sí le salvó con cierta facilidad en los momentos de construir la jugada.

Dejar a Van Moer con libertad de movimientos causó notables problemas, porque el veterano jugador fue el causante directo de los muchos apuros que tuvo que pasar la selección española. Los cuatro defensas rivalizaron en la misión del achique de balones.

El equipo español, tras los momentos de euforía por el primer gol, fue encogiéndose y Bélgica tuvo el mando en demasiados minutos. La sensación de impotencia que causaban a los españoles los defensores visitantes, fue acrecentándose con el pasó del tiempo. La falta de un jugador capaz de infiltrarse entre los defensas obligó a intentar repetidamente las jugadas de pared y los envíos largos hacia el hueco, pero invariablemente el hombre que se quedaba en avanzadilla era fustigado por la banderola del juez de linea. A pesar de la experiencia de Italia, España no supo encontrarle el tranquillo al contumaz y desesperante sistema del fuera de juego.
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miércoles, 12 de mayo de 2010

Polonia 2-3 España 18/11/1981 Lodz AMISTOSO

De Mi Seleción Española


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En Lodz volvió la esperanza a la selección

Magnífico triunfo español ante Polonia

JULIAN G. CANDAU - Lodz - 19/11/1981

ENVIADO ESPECIALLa selección española volvió a parecerse a la de Wembley. Ayer, ante Polonia, tuvo el coraje suficiente para obtener un triunfo que había merecido y que durante seis minutos se le había negado. Más que el preciosismo venció el sacrificio y el deseo de superación. El contragolpe español, bien dirigido durante el primer tiempo por López Ufarte, jugó como no lo había hecho en los últimos encuentros. El centro del campo fue muy distinto al de Valencia contra Luxemburgo. Hubo más armonía y homogeneidad que en anteriores ocasiones. En Lodz volvió la esperanza.

Con López Ufarte se ha recuperado la vieja costumbre de bautizar a los deportistas con apelativos más o menos rimbombantes. El del jugador de la Real es de origen francés, porque fue en un torneo juvenil en Mónaco cuando fue calificado como el pequeño diablo. Quien así lo definió tuvo en cuenta, sin duda, tanto su reducido físico como su capacidad diabólica. Con el tiempo, López Ufarte no ha aumentado sus centímetros, pero sí su capacidad para la añagaza. Hay en él una fuerte dosis de maquiavelismo futbolístico y esa virtud que posee para resolver la situación cuando los otros no lo han meditado se notó en el equipo español.

Durante mucho tiempo ha existido una falta absoluta para conducir el juego. Ayer, sin que le petite diable pusiera especial énfasis en sus condiciones, contribuyó notablemente a la mejoría del equipo por una simple razón: el impacto psicológico que produce su presencia en Alonso, Zamora y Satrústegui. Lo meritorio de López Ufarte no fue el gol, sino el hecho de que hizo posible el que Zamora recuperara parte de las condiciones que tiempo atrás le hicieron triunfar; que Alonso tuviera siempre fácil la entrega hacia la zona izquierda y que Satrústegui se fuera hacia delante con la seguridad de que no iba a estar solo.

Las mejores jugadas del primer tiempo fueron aquellas en las que intervinieron los realistas. El hábito les hizo repetir lo que están acostumbrados a hacer en su equipo. El componente donostiarra fue fundamental en el contragolpe español. López Ufarte logró el primer gol; Alonso hizo el de la victoria y lanzó un tremendo disparo al larguero, y Satrústegui fue el autor de un tanto justamente invalidado por fuera de juego. Al comienzo del segundo período Satrústegui tuvo una ocasión magnífica para marcar, y tras el primer empate fue Zamora quien no acertó a batir al sustituto de Tomaszewski.

El equipo español, con el primer gol, mantuvo una cerrada defensa en la que las cabezas de Alexanco y Jiménez acertaron a despejar los múltiples envíos a ellos lanzados sobre el área. Hubo algunos momentos de desconcierto en los marcajes, porque Lato, que tuvo consecutivamente como marcadores a Gordillo y Zamora, pasó a ser perseguido por Jiménez, al que intentó sacar del centro de la defensa. Las aperturas españolas se produjeron fundamentalmente, porque el lateral izquierdo Jalocha no puso oposición alguna para contraatacar. Camacho y Gordillo se multiplicaron para evitar las penetraciones polacas, que siempre contaban con el apoyo sustancial de Lato, que era quien las dirigía.

En la segunda mitad los polacos, con el público apoyándoles, se lanzaron a un ataque continuo. La defensa española fue desbaratada como no lo había sido con anterioridad, y llegaron los goles cuando nuestro ataque no había renunciado a marcar de nuevo. La anécdota del partido estuvo en el hecho de que en la primera jugada en que intervinieron Matysik y Palasz, éste logró el empate.

Durante diez minutos se barruntó el desastre, porque dio la impresión de que Polonia era ya imparable. El equipo español tuvo la suficiente capacidad de reacción para no dar el encuentro por perdido. Sólo con la igualada a dos tantos se produjo cierto conformismo. O, mejor, el deseo de mantener un resultado honroso frente a una selección que se ha clasificado invicta para el Mundial y que ha ganado a Argentina en Buenos Aires.

A Polonia le falló fundamentalmente Boniek, que a pesar del gol que marcó no fue el motor del equipo como se esperaba. Alonso lo tapó siempre bien y le ganó las carreras de cara a la meta local. Polonia tuvo diez minutos de fuerza que pusieron a prueba a la defensa y a Arconada. El meta donostiarra, en el primer tiempo, hizo un paradón magistral. Detuvo un balón rematado por Lato desde cuatro metros de distancia. El equipo español tuvo una actuación meritoria en todas sus líneas.

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España 3-0 Luxemburgo 14/10/1981 Amistoso (Valencia)


De Mi Seleción Española


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España ganó, pero hizo el ridículo

Antifútbol de la selección, especialmente en la primera parte, ante un flojísimo Luxemburgo

J. GARCIA CANDAU. - Valencia - 15/10/1981

ENVIADO ESPECIALLa afición valenciana no es masoquista. Por eso no acudió a Mestalla en el número que hubieran deseado los organizadores. Ver a Luxemburgo era un acto casi heroico; ver a la selección española resultó un dolor insufrible. Santamaría y Porta quieren para el equipo nacional ayuda; pero, tal y como se están desarrollando los acontecimientos, es imposible tener un mínimo de consideración. España, aunque derrotó a Luxemburgo, hizo el ridículo.

El público de Valencia, movilizado en parte gracias a las peñas, llegó dispuesto a aplaudir el mínimo detalle, pero a partir de la primera media hora de juego los pitos fueron en aumento. Ya se sabe aquello de que quien siembra vientos sólo puede recoger tempestades.

La selección española se ha comprometido a desarrollar una nueva campaña: la vulgarización del fútbol; pero esa vulgarización no tiene nada que ver con el sentido noble de la palabra. En la selección de Santamaría casi todo es puro vulgarismo. Y de él, pocos jugadores pueden salvarse. Los modestos luxemburgueses tardaron en darse cuenta de lo que tenían delante, porque vinieron con la mayor de las modestias a salvar el trance lo más dignamente posible. Cuando se percataron de que no era tan fiero el león, incluso llegaron a poner a prueba a Arconada, que tuvo que salvar un gol lanzándose a los pies de Scheitler.

En el primer tiempo, España hizo el ridículo total. Practicó un antifútbol desesperante. La torpeza de algunos fue inconmensurable. Tácticamente todo fue un desconcierto. En el centro del campo, Zamora tuvo una actuación realmente sorprendente. Quizá fue la peor de su vida. Víctor peleó, pero con reiterada tozudez. Esteban estuvo sometido a la fijeza de la banda derecha, que es lo más inapropiado a sus condiciones. Esteban es hombre con fuerza, pero necesita campo libre. No lo tuvo y fracasó. Satrústegui fue de una ineficacia preocupante. A López, Ufarte le dieron pocas ocasiones para planear la penetración y se limitó a crear dos jugadas.

Ante un adversario que tardó 35 segundos en cruzar el medio campo tras el saque inicial, España mantuvo cuatro defensas, con el agravante de que Camacho, como es natural, no pudo subir por la banda derecha, porque es su lado contrario, y Gordillo, cuya condición más sobresaliente es el contragolpe, no fue requerido por sus compañeros para tal menester.

Nunca se había visto tal suerte de despropósitos en la selección nacional. En la segunda mitad, con los cambios, hubo algo más de nervio. Se jugó con mayor velocidad y se crearon varias ocasiones de gol. Dos de ellas, clamorosas, fueron desperdiciadas por Alonso, que siempre fue el mejor situado para el remate. El primer tanto se produjo en una falta; el segundo, gracias a la jugada de Gordillo bien rematada por Saura. La habilidad de López Ufarte, con el tercer gol, levantó un poco los ánimos. Pero los tres tantos no deben eximir de culpabilidad a quienes proporcionaron un espectáculo más cercano al desastre que al éxito.

Se ganó a Luxemburgo, pero no hay eximentes para el ridículo. Con esta selección no vamos a ninguna parte. Hasta ahora todo ha sido tolerable, pero hemos entrado en una etapa en la que ya no caben parches. Los grandes males siempre han exigido grandes remedios. El equipo no funciona, porque no cuenta con los hombres idóneos y porque no da nunca sensación de salir al terreno de juego con una lección aprendida. Y como la improvisación nunca está fundamentada en la genialidad, todo hace pensar que se necesita un cambio radical, a fin de que en el próximo Mundial no supongamos dentro de la historia de los campeonatos una excepción vergonzante. Hasta los más modestos anfitriones de una Copa mundial han tenido una actuación discreta. España podría suceder que ni siquiera alcanzara el nivel de Suiza o México.

Anoche, afortunadamente, en la segunda parte se comenzó a ver que López Ufarte va a ser pieza importante en la selección. El jugador de la Real Sociedad propició en el primer tiempo dos jugadas en las que curiosamente participaron sus otros tres compañeros de equipo, pero en la continuación colaboró con el resto.

Anoche, en Mestalla una vez más, flotó entre la selección la sombra del gran ausente. que no puede ser otro en estos momentos que Quini, el único hombre que demuestra día a día que está capacitado para marcar goles.



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Austria 0-0 España 23/09/1981 (Prater,Viena) Amistoso

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Sólo el resultado salvó el crédito de España

El público austríaco protestó por el juego de ambas selecciones

JULIAN GARCIA CANDAU - Viena - 24/09/1981

ENVIADO ESPECIALEl resultado salvó el crédito de España; entre los austriacos quedó devaluado. A los espectadores les disgustó, más que el empate de su selección, el juego de ambos conjuntos. La media hora final se disputó entre las protestas del público, que no halló un momento de diversión que compensara el precio de la localidad y la molestia del desplazamiento hasta el cincuentenario Prater. España obtuvo en Viena un resultado que no supo conquistar en Argentina hace tres años, pero no encontró ante Austria el juego incisivo y práctico que necesita para el Mundial.

Durante todo el encuentro sopló una ligera brisa. Antes del encuentro hubo varios actos en conmemoración del cincuentenario del estadio. Una banda militar interpretó los himnos de ambos países. La Federación Austriaca entregó a Pezzey un ramo de flores antes del inicio, por su cincuenta partido internacional. Arconada y Krankl capitanearon ambas selecciones. España vistió con su uniforme habitual y Austria lo hizo con el suyo blanco, con rayas negras en hombros y brazos y el calzón. Escasísima luz, que incluso impidió la buena visibilidad en los córners. Presidieron el encuentro los máximos dirigentes de las federaciones Española y Austriaca, el embajador de España en Viena, Pan de Soraluce, y el director general de Deportes, Jaime López Amor.
La noticia en otros webs

Jesús María Zamora no estuvo; Víctor corrió, pero pasó mal, y Alonso peleó como siempre, mas tuvo dos hombres encima: el suyo y el que dejaba libre Zamora. Con esta irregular actuación, el equipo español se quebró por la mitad en el primer período y hubo más despropósitos que aciertos.

Habrá que descargar los múltiples defectos en el escaso rodaje que tienen hasta el momento los hombres de la selección. De no aplicar este atenuante, los calificativos podrían ser, en algunos casos, hasta descalificadores. A la imprecisión en la entrega, esta vez se sumaron la lentitud y el juego infantil del pase corto al compañero más próximo.

La falta de chispa en las acciones proporcionó a los austriacos la posibilidad de acumular efectivos en la retaguardia siempre que los españoles intentaron ir al ataque. Cambios de juego en todo el partido no hubo más que dos y se produjeron dos ocasiones de gol para Satrústegui en el primer tiempo; fueron casi producto de la casualidad.

El comienzo fue hasta esperanzador; Alonso puso en apuros a Koncilia con un tiro desde fuera del área, porque Juanito se quedó delante para no dejar solo a Satrústegui e intentar la jugada decisiva. Juanito fue más delantero que en los últimos partidos y peleó con ardor, siempre que la ocasión se le presentaba. Fue hasta espectacular la función de Esteban, que se quedó en una media punta que sorprendió a su teórico par más de una vez. Esteban apoyó a la gente de atrás y puso vibración en algunos contrataques, pero su labor resultó baldía de cara al marcador español, aunque sí fue efectiva en los momentos en que tapó los huecos que dejó por detrás de él Zamora.

Los jugadores españoles en los cinco primeros minutos realizaron con cierta armonía el relevo de posiciones, pero después todo quedó en agua de borrajas. Los austriacos, con Hintermayer casi siempre solo y Hattemberger incrustado en su defensa, pero suelto a la hora del contrataque, llegaron con facilidad al área española. Los agobios se sucedieron y los defensas tuvieron que recurrir a los despejes al estilo de los viejos tiempos. A los cuatro de atrás sólo les faltó el pañuelito en la cabeza. Y más de uno corrió el riesgo de que se le encendieran las bombillas del ring de tanto meter la cabeza.

Los austriacos perdieron por medio de Hagmayr dos ocasiones de gol clarísimas y Víctor tuvo que sacar bajo los palos un balón que entraba. Satrústegui no consiguió elevar suficientemente el balón por encima de Koncilia y ahí se acabó todo el poderío de la artillería hispana.

Santamaría cambió el equipo en la segunda parte en busca de un mayor poder en el centro del campo, con Saura por el cansino Zamora, y delante dio su oportunidad a Dani y Santillana. El centro delantero madridista tuvo la ocasión de marcar a los ocho minutos de estancia en el terreno de juego, pero tampoco anduvo fino.

La inhibición de Zamora dejó sin dirección al equipo en el primer tiempo. En el segundo, aunque hubo más fuerza, continuó acusándose la falta del hombre que maneje la bola y la conduzca con tino. Con sentido del fútbol profundo y vertical durante todo el encuentro, España no tuvo más que a Esteban, cuyo debú fue notable.

Los austriacos tuvieron casi siempre la batuta del juego en sus manos. Gesselich jugó constantemente sin presión y condujo a los suyos con cierta facilidad. Los defensas se impusieron siempre a los delanteros, pero a los españoles les tocó bailar con la más fea. Entre otras razones, porque España avanzó por el centro en apelotonamiento general y causó menos problemas a los Pezzey y Weber, que estuvieren firmes siempre. El fútbol practicado por los españoles fue mucho más rudo. A ratos se empeñaron en luchar contra los imposibles.

Al público le defraudó el juego de unos y otros. Y protestó con razón. A medida que fue pasando el tiempo, aumentó el hastío. La fórmula del pase atrás y, el toquecito horizontal, de estar prohibida reglamentariamente, imposibilitaría el juego en ocasiones como ésta.
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martes, 4 de mayo de 2010

Brasil 1-0 España 08/07/1981 (Bahia - Brasil)

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Estádio Fonte Nova (Salvador de bahia)
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España no hizo el ridículo ante Brasil

Se defendió con dignidad y mereció algún gol en el primer tiempo

J. GARCIA CANDAU - El Salvador - 10/07/1981

ENVIADO ESPECIAL España no hizo el ridículo ante Brasil. No hubo la goleada que se anunciaba. No hubo superioridad abrumadora como se temía. España no sólo se defendió con dignidad, sino que en el primer tiempo mereció la consecución de algún gol. Las grandes estrellas brasileñas, a las que en principio se las dejó jugar con libertad, no impusieron su clase. La diferencia del juego entre españoles y brasileños fue más bien conceptual, los locales fueron los artistas: los españoles, los artesanos, pero el valor de la producción de ambos no estableció grandes diferencias.

Los comienzos no fueron alentadores para España porque Brasil comenzó a moverse con gran soltura sobre el húmedo césped del estadio Fonte Nova. Los centrocampistas brasileños centraron su juego en Sócrates, al que concedieron la dirección, y su primera obsesión fue variar de posición para despistar a sus pares, que efectivamente hubo momentos en que no supieron a quién marcar. Los libres directos lanzados con gran potencia y habilidad y los córneres directos de Eder crearon un cierto temor entre los españoles, pero paulatinamente el peligro se fue conjurando a base de sacrificio.

Santamaría se jugó la baza de Sánchez para arropar el centro del campo y posibilitar con ello que Juanito se quedara en posición más avanzada. Sánchez trató de vigilar que Junior no llegara solo por su banda y durante el primer período lo consiguió. Los brasileños, no obstante, con la improvisación constante de Paulo Isidoro, que huía de Gordillo, y la entrada en tromba de hasta cinco hombres, llegaron a inquietar a Arconada, que tuvo que usar de todos sus recursos para impedir el gol. Desde lejos, en disparos endiablados, y en los centros desde las bandas el meta de la Real paso más de un apuro.

La serenidad de Arconada y la eficacia de Tendillo

-el mejor hombre de la defensa- y la templanza de Alexanco dieron ánimos al resto para intentar aventuras. El equipo español, en el último cuarto de hora del primer período dominó la situación y llegó a disponer hasta de cinco ocasiones de gol. En la primera, Luiznho tuvo que despejar en última instancia un tiro de Sánchez. La segunda, que fue la mejor, la salvó el meta, que salió a despejar un balón controlado por Satrústegui, que se quedó solo ante él. El realista, que acababa de sufrir un tirón, no pudo batirle. Joaquín y Alexanco pusieron los corazones en las gargantas, pero tampoco fue posible. Hasta el pitido del árbitro, todos los malos espíritus a los que tanto temen los bahianos se concentraron sobre el área de Peres.La segunda mitad fue más fácil para Brasil porque de entrada Perivaldo se convirtió en un extremo más al no tener a Juanito cerca. Perivaldo y Paulo Isidoro lograron imponerse a Gordillo, y por esa zona llegaron los mayores sustos. El gol descorazonó un poco a los españoles, y ello permitió jugar a los brasileños con absoluta tranquilidad. Tanto que en el primer cuarto de hora solamente Joaquín disparó a puerta. El resto del tiempo ni siquiera se cruzó el medio campo.


Los brasileños hicieron un fútbol más fácil, más bonito, pero no tuvieron continuidad en sus ráfagas exultantes. España volvió a reaccionar y en los minutos finales intentó el empate. Alonso lo tuvo en sus pies, pero ya entonces le faltaban fuerzas para revolverse con prontitud y aprovechar la ocasión. Incluso en el minuto final Juanito puso el pánico en los espectadores, que ya por entonces llevaban varios minutos silbando a los suyos.

España se defendió bien y contraatacó en el primer tiempo con la celeridad que el terreno permitía. España mostró más fortaleza que en anteriores encuentros, pero de nuevo se produjo esa falta de engarce que ha de tener el fútbol para ser absolutamente macizo. La voluntad, los deseos de obtener un resultado satisfactorio ante un adversario tan cualificado, permitieron en muchos momentos olvidar las fallas fundamentales del equipo.

De cualquier manera, ante la evidencia hay que rendirse, y Brasil en los pocos momentos en que jugó a su ritmo produjo un espectáculo grandilocuente. Las paredes al primer toque, los cambios de juego y de ritmo en la carrera, las improvisaciones sobre la marcha, son cualidades que necesariamente hay que admirar. El terreno de juego posiblemente impidió a Brasil mantener el ritmo vertiginoso del comienzo. Una selección que sea capaz de jugar durante noventa minutos de esa manera es indudablemente una de las favoritas para el Mundial. Aunque ante España no se movió como se esperaba, los valores futbolísticos se le suponen. España, que estuvo muy bien en muchos momentos, si logra armar mejor su juego y cuenta con los tres hombres que necesita no saldrá a la cancha con el miedo metido en el cuerpo.

http://hemeroteca.elmundodeportivo.es/edition.html?bd=10&bm=07&by=1981&x=16&y=4
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Chile 1-1 España 05/07/1981 Amistoso (Santiago (CHILE)

De Mi Seleción Española

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España ha perdido el dominio del balón

Flojo partido ante Chile, que tuvo oportunidades para ganar

J. G. CANDAU - Santiago de Chile - 07/07/1981

El equipo español ha perdido en la gira por Suramérica la mejor condicion que debe tener un futbolista: dominar la pelota. Santamaría tiene la obsesión de que los jugadores han de habituarse a disparar a gol. Yo diría que también deben hacer prácticas en el pase al compañero. La posesión de la pelota, aunque no sea tan primordial como en el baloncesto, por ejemplo, es la base de la victoria. Gana quien más tiempo tiene el balón en su poder. Cuando se entrega al contrario no sólo se pierde una oportunidad, sino que se concede otra.

Sólo al cansancio se puede achacar la pérdida del tino. Si el defecto del pase corto para el contrario fuera congénito habría que empezar a encomendarse a santa Rita , para pensar en la posibilidad de obtener una buena clasificación en el próximo campeonato del mundo. La selección española destruye ella sola cuanto intenta construir porque en el momento de afinar da la impresión de que está en período de aprendizaje. En el partido de Chile hubo tal serie de imprecisiones que sería dificilísimo establecer el hit parade de las mismas. Juanito, incomprensiblemente, se ha llevado la palma en este sentido durante varios encuentros, pero en el estadio Nacional incluso llegó a equivocarse con gravedad Alexanco, que ha sido hasta el momento el hombre más regular del equipo.

A este problema de la finura en el juego habría que añadir los problemas que ya son naturales en la selección y que también en Chile se pusieron de manifiesto. Es imposible jugar con dos laterales zurdos. La experiencia ha demostrado sobradamente que es un error. El domingo, tanto Camacho como Gordillo tuvieron serias dificultades para sujetar a sus extremos. Pero si Gordillo lo pasó mal con el rapidísimo Yáñez, Camacho lo pasó peor con Moscoso, simplemente porque se encuentra incómodo en el costado en el que le hacen jugar. Camacho se convierte en un mediocre lateral cuando juega en la derecha. Santamaría debe plantearse formalmente la búsqueda de ese defensa antes que agarrarse al clavo ardiendo de la experiencia de Camacho. Con la solución actual pierden la selección y el defensa madridista.

Frente a los chilenos no hubo gran mejora en el centro del campo, aunque Zamora hubo momentos del primer período en los que intentó mandar. Pero no está en su mejor momento, y Joaquín ha dado un bajón demasiado sensible para tenerle todo el tiempo en el campo. Quizá el domingo Santamaría debió dar entrada a Sánchez, que había sido el más regular en los partidos en los que se le requirió. El entrenamiento del sábado equivocó al seleccionador, que vio en mejor situación a Alonso y Joaquín, pero, de cualquier manera, el barcelonista hubiera podido dar más juego aún en sustitución de Marcos, que pide el relevo a los cinco minutos de partido. La actuación de Marcos me obliga a saludar desde aquí a Dani y a Saura.

Ante Chile no se jugó a conservar el empate. Hubo intenciones de más en algunos momentos, pero de nuevo Satrústegui estuvo solo con su soledad a solas. Los delanteros españoles no forzaron a Osben. La mayor parte del tiempo ni siquiera se agachó. Arconada, en cambio, sí tuvo que jugarse el tipo a la medía hora de juego cuando entraba sólo en el área un delantero chileno. Chile no fue un adversario para preocupar a nadie. Se cerró bien atrás siempre que España atacó, pero si su defensa no sufrió más, sin duda las culpas hay que cargárselas a quienes no supieron encontrar la forma de cruzar la aduana. Chile tiene también mejor defensa que ataque, pero creó muchas más situaciones de desasosiego para el meta español. Neira movió al equipo sin grandes dificultades porque los centrocampistas españoles le dejaron excesiva libertad. En muchos minutos hubo excesiva alegría en la persecución del contrario porque se le dejó amplias zonas para iniciar la maniobra.

España jugó en un nivel muy similar al de Colombia, pero tuvo sin duda más mérito el resultado, porque el adversario fue de más entidad. Los chilenos, sin ser una potencia de primer orden, tienen condiciones suficientes para mantenerse en un plano de igualdad en muchos momentos ante equipos superiores. Pero de ahí, de un conjunto apañadito, que maneja la bola bastante bien, aunque sin garra, no pasan. No ganó Chile, pero Caszely cumplió su palabra y le marcó un gol a Arconada.
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lunes, 3 de mayo de 2010

Colombia 1-1 España 02/07/1981 Amistoso (Bogotá)

De Mi Seleción Española


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España salvó el honor a tres minutos del final

Un tardío gol de Alexanco evitó la derrota en Colombia

J. GARCIA CANDAU ENVIADO ESPECIAL - Bogotá - 04/07/1981


España salvó el honor a tres minutos del final. La selección, que no fue capaz de ganar en Colombia, sí al menos supo estar en un tono superior a la que venció en Venezuela. Esta vez el equipo luchó con más denuedo, y aunque volvió a evidenciar los mismos errores fundamentales de siempre, es decir, la falta de un director de juego sobre todo, del análisis de lo sucedido en la segunda mitad puede obtenerse un resultado satisfactorio: Zamora y Juanito comienzan a entenderse. Si todavía no se aman, por lo menos ya se mandan recados de escribir.Desde el día en que Asensi se lesionó contra Italia en la Eurocopa, España no ha vuelto a tener en el centro del campo un hombre al que sus compañeros acompañen en la interpretación del concierto de turno. Desde que Del Bosque dejó de actuar en la selección se sueña con alguien que en un determinado momento sea capaz de parar el balón y enviarlo acto seguido a cuarenta metros y al hombre en mejor situación. Durante esta gira, el equipo ha necesitado el mando de alguien y no lo ha tenido. Zamora sigue sin golpear la batuta sobre el atril para que los profesores de la orquesta atiendan al compás con que deben hacer sonar sus flautas. Por eso, Cuando éstas sonaron en Wembley hay que pensar que fue« de casualidad.


Ayer consiguió Santamaría que Juanito se situara durante el primer tiempo en su puesto de extremo derecho. Juanito, desde su puesto natural, entregó mal el balón y se pareció mucho al de los últimos tiempos. En el segundo período volvió a su querencia y se fue hacia el lado contrario. Pero cuando nos temíamos que una vez más él y Zamora se iban a entorpecer sucedió que comenzaron a mirarse y se vieron. Juanito y Zamora trenzaron las pocas jugadas hábiles del equipo y a punto estuvieron en alguna ocasión de finalizar con éxito sus incursiones. Pero como tanta felicidad hubiera sido demasiada para el cuerpo, todo queda en un comienzo de buen entendimiento, que no es poco.

Los mejores momentos del dúo Zamora-Juanito no pudieron cristalizar, porque a ambos les surgie ron más las ideas que el desarrollo de las mismas. Y además la fórmula de los dos delanteros centros, Satrústegui y Santillana, con éste escorado a la derecha como extremo, no pudo funcionar. Si ambos se juntan en el centro del área no se complementan y Santillana bastante hace con defenderse en un lugar que no es el suyo y para el que no hay otro hombre, porque Morán anda todavía resentido. Marcos no pasó de tres destellos de bengala, que no son suficientes para alumbrar nada.

España pensó más en el empate que en la victoria y se salió con la suya. Pero la igualada se produjo porque en la segunda parte, cuando más y mejor atacó Colombia, la defensa luchó disciplinadamente. Camacho enmendó los errores del primer tiempo, producto quizá de su posición antinatural, y sujeto bien a Ríos, extremo al que sacó el preparador colombiano para que Herrera estuviera sin complejos en el centro del campo. Camacho, sin hombre a quien marcar, titubeó y con Ríos por delante se afianzó. Pero, una vez más, sólo fue Gordillo quien intentó subir por la banda. El madridista desde la derecha, se siente incapaz de cualquier correría. Alexanco, aunque cometió algún error en el pase, fue el más sólido defensor, y Tendillo aguantó lo indecible ante Vilarete, que gozó de las prerrogativas arbitrales para cometer falta en cada acción.

El centro del campo español flojeó bastante. Joaquín no fue el de otros encuentros, y Alonso, aunque batalló en defensa y ataque, estuvo muy torpe en la entrega. Arconada, en su trigésimo partido internacional, solamente se equivocó en una salida.
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